El anime tal y como lo conocemos en la actualidad es el producto de más de 100 años de evolución en una industria cargada de obras que empujaron los límites de lo que se puede calificar como dibujos animados.

Para llegar a lo que es hoy en día, mangakas, animadores, cineastas y estudios recorrieron un largo camino en lo que sería una batalla cuesta arriba y en la que resultaron vencedores pero, ¿cómo ocurrió esto?

Demos un paseo por la evolución del anime para descubrir todos los detalles y momentos que definieron una de nuestras formas favoritas de entretenimiento, mientras el tiempo pasa rápidamente ante nuestros ojos.

El origen del anime

Cuando hablamos del origen del anime, es importante aclarar una cosa y es que aunque este nombre se lo atribuimos específicamente a la animación que proviene de Japón, para ellos todo dibujo animado es anime.

De aquí el que no sea algo exclusivo del país del sol naciente, de hecho, los orígenes del anime provienen de la imitación de cortos animados provenientes de Estados Unidos y Francia en 1900.

El primer corto conocido y distribuido a la audiencia fue ‘Namakura Gatana’ por Junichi Kouchi en 1917, que contaba la historia de un peligroso samurai que compraba una Katana con la hoja dañada.

Debido a que la animación siempre ha buscado imitar al cine, el corto se liberó completamente mudo, por lo que no les pareció atractivo a una audiencia que ya disfrutaba de las creaciones de Walt Disney Studio.

Aunque el problema de una audiencia desinteresada es ya bastante complicado, a esto se le sumó que la importación de la animación era mucho más económica que realizarla en casa, sin contar que además tenía una mejor calidad.

Las guerras pagan bien

Para solventar los costos, los estudios y animadores comenzaron a trabajar en aquellos cortos que tuviesen benefactores detrás, como grandes marcas y eventualmente propaganda política.

Esta era es bastante llamativa porque coincide con la segunda guerra mundial y lo que fue para el mundo de la animación la creación de cortos animados que levantaran la moral a los soldados.

En su búsqueda por apelar al encanto de Disney de entonces a la par de criticar todo lo que tuviese que ver con la cultura americana, dejó para la historia animaciones que incitan al odio y la guerra con personajes adorables de ojos saltones.

La casa de Toei Doga

A partir de aquí tenemos que dar un salto de casi 25 años, ya que hasta este punto, si bien Japón continuó subiendo peldaños agregando audio a sus animaciones y mejorando poco a poco la calidad, no es sino hasta 1937 que ocurre un gran cambio con el estreno de ‘Blancanieves y los siete enanitos.

Hasta entonces, las animaciones habían sido cortas y si bien algunas ya poseían color, la estridente paleta ofrecida por Disney era algo revolucionario que demostró que el público podía llegar amar a los dibujos animados.

Ōkawa Hiroshi, presidente de Toei Film quedó tan deslumbrado por los resultados de ‘Blancanieves’ que comenzó la construcción de su propio estudio de animación Toei Doga, al cual conocemos actualmente como Toei Animation.

Desde aquí el presidente comienza a armar un equipo de profesionales que aprendieron las técnicas directamente de empleados de la casa del ratón, de los cuales recolectaban información en Estados Unidos o volaban hasta Japón.

Gracias a esta dinámica, el país del sol naciente obtiene la primera película a todo color, ‘Hakujaden’, un hito en la industria que no solo hablaba de lo lejos que habían llegado, también encendió la chispa de las mentes más brillantes del mundo del anime, como Hayao Miyazaki e Isao Takahata.

La llama del padre del anime

Si bien Hiroshi logró armar un estudio que hasta el día de hoy goza de gran éxito, hay alguien discutiblemente más grande inspirado por Disney y ese es Osamu Tezuka, el padre del anime.

Tezuka creó más de 700 obras originales en su trayectoria, pero si hay una capaz de sobresalir en todo sentido a sus propias creaciones esa es ‘Astro Boy’ conocida por ser la primera serie animada en llegar a la TV en Japón.

La influencia de Disney es tan grande para el autor, que su protagonista más popular obtuvo uno de los rasgos que definen en gran medida al anime hasta la actualidad y son los ojos grandes que le brindan una cualidad adorable a los dibujos.

Con una temática futurista, un diseño de personaje que le brindaba el menor movimientos de articulaciones posibles para abaratar costos y la expresión de un Bambi recién nacido, lo lanzaron al estrellato y cambiaron todo lo que conocíamos en 1963.

Llegó la hora de encajar las piezas

Con unas bases solidificadas con el tiempo, los años 60, 70 y 80 definen las ramificaciones del anime, comenzamos a hacer distinciones de temáticas y con estas los tropos de cada una.

Estos 30 años se definen por la separación entre géneros como ciencia ficción, mechas y spokon, pero también vemos cómo comienza la división de la audiencia y la creación de contenido específico para diversas edades y géneros.

Mientras los animes para chicos jóvenes se ven plagados de acción y batallas de pesos pesados representadas con colores opacos y líneas gruesas, para las chicas se convierte en una necesidad evocar el romance y el drama en tonos llamativos y trazos suaves.

Si bien esto no quiere decir que no pudieses disfrutar de ambos contenidos, la división era clara e incluso por momentos un poco asfixiante, por lo que eventualmente estas líneas se van borrando y dando paso a contenido que todos pueden disfrutar sin distinción.

El auge de los OVA

Gran parte de lo que ayudó a desdibujar las barreras autoimpuestas se lo debemos a los OVA (Original Video Animation), un paso crucial para la industria que comenzó como un simple experimento en los 80.

Si solo conoces el significado actual de una ova, que corresponde al contenido extra u original creado en su mayoría para las ventas de DVD y Blu-ray de tus series favoritas, estarás un poco confundido, pero no temas.

En el pasado, estas OVAs se trataban de animes creados como una forma de empujar al máximo los límites de la animación a la par de que directores y animadores tenían vía libre para crear lo que quisieran.

Debido a que el anime hasta este punto estaba basado en historias ya creadas, las OVAs brindaron un gran respiro para potenciales cineastas y dieron vida a historias sin censura, debido a que su distribución era exclusivamente para CDs.

Gracias a esta exploración de la animación es que grandes obras sin nada que las respaldará llegaron a la TV, teniendo como ejemplo lo que se convirtió en la franquicia de ‘Evangelion’ y el anime experimental ‘Serial Experiments Lain’.

Grandes diferencias entre el ayer y hoy

Así como se pueden acoplar 3 décadas en el pasado, con el final de los 90 y hasta la actualidad podemos hacer lo mismo, después de todo la evolución del anime en este punto se trata de estética y nuevas herramientas.

Esto lo vemos con grandes historias que han inspirado todos los terrenos del anime, teniendo como ejemplo ‘Sailor Moon’ y su versión más reciente ‘Sailor Moon Crystal’.

Aunque la historia permanece como la misma al llevarnos a las vidas de las guerreras estelares, el impacto más grande proviene del aspecto estético cambiando los peinados voluminosos, los contornos gruesos, rasgos faciales marcados y los colores opacos por cabelleras lacias, rostros angelicales y brillantes despliegues de color.

Esto es tan cierto para los reboot como para las continuaciones y lo vemos en animes como ‘Pokémon’ o ‘One Piece’, que gracias a que se han mantenido en transmisión se pueden apreciar los saltos en la animación.

El uso de herramientas como el CGI para obtener fondos más realistas o generar efectos especiales permiten que el anime siga evolucionando, tome nuevas formas, se creen nuevos géneros y lo más importante: permitió su globalización.

Hoy más que nunca el público Occidental tiene formas de interactuar con el anime y sus creadores, de consumir legalmente gran parte del contenido y es aquí donde de seguro se escribirá una nueva historia.

Con ahora el mundo como consumidor, será interesante seguir de cerca la evolución de algo que comenzó como una imitación, para convertirse en una forma de entretenimiento que arrastra a millones de personas.

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