Porque el día a día de Bethesda Softworks es un constante vaivén de inconsistencias, han anunciado la pausa indefinida de The Elder Scrolls: Legends.
El ambicioso juego de cartas y estrategia (aunque considerado por muchos como una máquina de micropagos y tiempos de espera) ha cancelado las actualizaciones planeadas para este y el próximo año.
A través de un comunicado en su página de Reddit, Bethesda explicó que detenían completamente sus planes para enfocarse en el desarrollo de una plataforma asiática de este juego.
An Update on The Elder Scrolls: Legends from elderscrollslegends
Esta versión tendrá una implementación diferente al ser manejada por la compañía GAEA y correrá de manera independiente a la versión original del juego, que fue estrenada en marzo de 2017.
Aunque el juego está paralizado, Bethesda aseguró en su comunicado oficial que el juego se mantendrá libre para descarga en dispositivos móviles y PC, con soporte en línea para todos los jugadores.
Esto obviamente lo coloca en una de las más complejas posiciones en las que un juego puede llegar a estar, el purgatorio de la falta de soporte en línea.

Gracias a las carencias sufridas por el estruendoso fracaso de Fallout 76, el equipo de Bethesda debe realizar una serie de cambios dentro de su organigrama de cara al futuro.
Al tener que depender de lanzamientos de terceros como Ghostwire Tokyo, Bethesda tiene la obligación de replantearse que deberá hacer con las marcas que son de su propiedad absoluta de aquí a la siguiente generación de consolas.
The Elder Scrolls: Legends estaba pautado para estrenarse en consolas a partir de 2019 pero se enfrentó a retrasos y a la complicación de no proveer juego cruzado entre ninguna plataforma, rompiendo con la ilusión de competir en el complejo mundo de los juegos de cartas de combate.